miércoles, 8 de febrero de 2012

Y la llamaron Siberia

El año ya está mas que empezado y de nuevo, hoy,  recuerdo dar vida a este espacio sideral.


Hace mas de un mes decia con ilusión "Ver como caen los copos de nieve es (por el momento) un acto precioso digno de mención".  No es que haya perdido su sentido.... que este nevando sigue siendo un acto digno de mención, pero con alguna ligera diferencia. 


Salir a la calle es como entrar en una nevera industrial, de repente te has convertido en la mujer ideal del muñeco muchelin y como te descuides, te marcarás un "breaking dance" en medio de la acera y no con dotes precisamentes de habilidosa y buena bailarina. 


Pero entre dias blancos y grises, hay que decir que también existe alguna cortina de sol, que te invita a hacer cosas distintas en un lugar diferente. Y es que a mis 31 (bueno, ya toco mas el 2 que el 1..) nunca antes habia caminado por encima de un lago helado. Que sensación mas curiosa! me ha llenado de emoción en dias frios. Muy frios.


Hay que reconocerlo, en tiempos gélidos es cuando cierras los ojos y ves ese radiante cielo azul claro que brilla encima de tu ciudad natal, sintiendo el olor de la brisa del mar y la paz interior que te devuelve el sonido de las olas cuando rompen en la orilla. Aunque el recuerdo se manifiesta como lejano, lo mantengo  vivo en mi interior.


Y es que el frio siberiano me congela la única neurona que sobrevive en mi mente.  
Vamos a calentarla un poco.







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